Coma algo de picante y quizá sienta que se está quemando. ¿Pero significa eso que también está quemando calorías? Tal vez. Según la investigación reciente, la capsaicina, substancia que hace que chiles como el habanero, jalapeño y piquín sean picantes, puede estimular su metabolismo y ayudarle a combatir la grasa.
La palabra “chile” proviene del náhuatl (xilli)
que es como se le conoce en México y Estados Unidos, mientras que el término “ají” probablemente deriva de la palabra ajo, del taíno que se hablaba en algunas islas como Cuba, y así se le conoce en las Antillas y Sudamérica. Los chiles son originarios de América (continente) y en la época colonial se exportaron desde México a Asia, pues los españoles controlaban el comercio hacia el viejo continente y rápidamente se incorporó en sus respectivas cocinas, como la india, japonesa, china y coreana. El chile es un ingrediente culinario básico de México y la comida mexicana es tan popular en Estados Unidos que ya forma parte de sus costumbres.
Varios estudios han demostrado que la capsaicina se asocia a la pérdida de peso, tanto en animales de laboratorio como en humanos. Pero, ¿es este compuesto una varita mágica para adelgazar? Por supuesto que no, aunque la capsaicina pueda aumentar la pérdida de grasa y cambiar la distribución de la grasa abdominal, el adelgazamiento depende del total de calorías consumidas menos las que se queman. Además, los efectos no parecen durar mucho tiempo. Según un estudio en la Universidad de Oklahoma, la capsaicina sólo aceleró el metabolismo por unas cuantas horas después de consumida. El ejercicio lo hace por 15 horas.
Conclusión: disfrute unas enchiladas solas (si gusta de la comida mexicana) o ingiera alimentos picantes como parte de una dieta baja en calorías. Puede darle beneficios. Pero no reemplace el chile por una caminata de 20 minutos.
Fuente: Arthritis