miércoles, 4 de julio de 2012

ADOPCIÓN DEL ACENTO


Cuando llegué a España tenía la impresión de que a la primera que abría la boca, la gente de alrededor volteaba a verme. Algunas veces me hacía sentir ridículo, pero fui viendo que en realidad atraía la atención de los amantes de México que no son pocos. A la larga sin embargo, es inevitable sentir cierto deseo de mimetizarte, de pasar desapercibido, y que no te pongan cara de what cuando vas a la tienda preguntando por un foco o un desarmador, entre otras cosas.

Yo, que siempre he tendido a adoptar rápidamente los acentos, he perdido prácticamente mi acento original. Nunca hablaré completamente como español, pero ya no hablo como mexicano. Esa mis cuates, es la maldición de los expatriados en otros países de habla hispana: quedamos en el limbo lingüístico, no somos ni de aquí ni de allá. Eso sí, no a todos nos pasa, conozco mexicanos que llevan aquí mas de 20 años y hablan como recién llegados (como lo logran???).

En mí el proceso fue paulatino. Primero cambié palabras que sabía que aquí no significan nada o no se usan; luego fui adoptando expresiones; el tono fue llegando poco a poco. Hay en particular dos aspectos del español de España que tarde o temprano se vuelven un rompedero de cabeza: la pronunciación /z/ y /s/ por un lado, y la conjugación gramatical del vosotros por el otro. Yo juré que nunca me vería intentando usar una u otra. En cierta forma es así... pero no del todo.

La pronunciación /s/ para un español que vive en México no debe tener mayor complicación. Pero la /z/ para los latinoamericanos es completamente antinatural, porque es sustituir un fonema por otro en palabras precisas. Aun después de montones de años el cambio no se dá por sí solo, y el que les diga lo contrario está faroleando.

En cuanto al vosotros, no todos los mexicanos sabemos exactamente cuando se usa o cual es la diferencia. Es el uso cotidiano e informal del ustedes.Ustedes es plural de usted, mientras que vosotros es el plural de . Dicho de otra manera, ustedes connota el mismo respeto que hablar a alguien de usted.

Cuando tu acento ya está muy neutralizado, tus interlocutores dejan de percibirte como recién llegado y dan por hecho que has absorbido todos los detalles lingüísticos locales. Una cosa lleva a la otra, y usar la modalidad mexicana en lugar de la española se vuelve ilógico. Mas de una vez me han preguntado porqué hablo de usted al colar un quieren en vez de un queréis. Otras veces incluso no queda claro si mas bien estaba hablando de ellos.

La pérdida del acento duele, pues es seña de que mi identidad se ha modificado (no perdido). Contrario a lo que pensaba mi acento no regresa fácilmente cuando estoy entre mexicanos. Algunas cosas sí: frases, palabras, alguna entonación. Pero sé que cuando estoy en México mas de uno de los que me conocían de antes, me han de mirar raro, preguntándose si soy malinchista o qué pretendo demostrar.

Lo importante es hablar de manera cómoda y natural. Y por otro lado me encanta el acento de México. Es dulce y cordial. Escucharlo es como si de pronto, después de tanto tiempo y hablando el mismo idioma, pudiera dejar de esforzarme y entendiera realmente lo que hay detrás de cada palabra y cada gesto. Difícil de explicar...

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