La Piedra del Sol es un disco monolítico de basalto con inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y los cultos solares. Es común e incorrectamente llamada Calendario Azteca. Probablemente fue un cuauhxicall
i (recipiente ceremonial) o un temalácatl o altar de sacrificio gladiatorio, involucrado probablemente en la festividad mexica Tlacaxipehualiztli. Mide 3,60 metros de diámetro, 122 centímetros de grosor y pesa más de 24 toneladas.
Probablemente en náhuatl fue llamada Ollin Tonatiuhtlan que significa "Tonatiuhtlan de Ollin" o "Sol de Movimiento". Esta manera de llamarle tiene relación con la forma en que, según la cosmogonía mexica, se espera termine la era del Quinto Sol; los cuatro anteriores llevaban por nombre la manera en que ese sol finalizaría; se dice que "Ollin Tonatiuh" finalizará con una serie de terremotos.
La piedra del Sol más conocida como "El Calendario Azteca", es una pieza de extraordinario valor científico, artístico, místico y filosófico. En el se encuentran descritos un gran contenido en conocimientos que pueden (al ser interpretados inteligentemente) darnos claves para el desarrollo interior del ser humano.
En el centro aparece Tonatiuh, el dios Sol decorado a la manera nahua. Símbolo del lo espiritual en el ser humano, del Amor, la Fraternidad, el altruismo, la bondad, la paz, diligencia, templanza, etc. aparece glorioso con su lengua triangular que lejos de significar sed de sangre, nos representa la importancia que tiene el Verbo, la palabra, no sólo para comunicarnos, sino su relación en el origen de la creación, en esto es muy similar a lo que Sn. Juan dice "En un principio era el verbo, y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios...", también el Popol Vuh (Joya del Pueblo Maya) menciona que los creadores del mundo en un principio se reunieron y "hablaron" y así fue como se formó la tierra.
A los lados del Gran Rostro se encuentra cincelada dos garras estrujando corazones humanos, indicándonos la necesidad de eliminar de nuestra naturaleza interna las pasiones animales la ira, el orgullo, la lujuria, la soberbia, la avaricia, la envidia, el egoísmo, etc., es ahí donde está la clave para que nosotros acabemos con las guerras, con la explotación del hombre por el hombre, para que terminemos con muchas de las enfermedades, hambres, miseria, etc. para lograrlo se necesita de un valor muy grande, pues hay que enfrentarse a sí mismo, es por eso que colocaron garras para indicarnos esto.
Se menciona esta magnifica pieza que 4 razas anteriores nos precedieron, coincidiendo extraordinariamente con otros pueblos como los mayas que afirman que no somos la primera raza existente en la tierra, sino que otras han existido alcanzando su esplendor y luego decayendo.
La primera la denominaron Oceltonatiuh de Ocelotl (Jaguar) y Tonatiuh (sol); esta primera raza aseguran fue devorada por los tigres.
Es muy importante hacer notar que los antepasados de Anahuac tenían al tigre como símbolo de sabiduría y perfección; es decir que esta primera raza alcanzó grados de desarrollo místico elevadísimos. La Segunda raza la llamaron Ehectonatiuh de Ehectal (dios del Viento) y Tonatiuh (el sol), esta raza afirman fue arrasada por fuerte huracanes, analizando la palabra Huracán encontramos que es uno de los nombres que dan los mayas a el corazón del cielo, que dividían en tres partes Chípi Kukulha, Raxá Kukulha y Kukulha y en su conjunto decían Huracán; con esto podemos entender que la Segunda raza existente en nuestra tierra estuvo llena de principios anímicos (alma) y espirituales (ser).
La tercera Raza se denominó Quiauhtonatiuh de Quiauh (Lluvia) y Tonatiuh (sol), el sol de Lluvia está raza fue destruida por lluvia de fuego y terremotos. La Cuarta raza la llamaron Atonatiuh de Atl (agua) y Tonatiuh (sol), esta raza fue destruida por agua, la catástrofe que relatan los aztecas es muy similar a la que se encentra en muchos pueblos de la tierra y que conocemos como el diluvio universal.
Ciertos sabios como Platón aseguran la existencia de esta raza dándole el nombre de Atlántida, cuyos vestigios existen decenas de su existencia. Alrededor de Tonatiuh se encuentra el símbolo de ollin (Movimiento) y el numeral 4, que según los aztecas es la fecha en la que ha de perecer nuestra actual raza, (los hijos del Quinto Sol) por Fuego y por terremotos, cosa que curiosamente por nuestros tiempos los volcanes (el fuego) se han puesto en creciente actividad y los terremotos de han incrementado en número y en intensidad.
No cabe duda de que nuestros antepasados alcanzaron en su época de oro grandes conocimientos que les permitieron plasmar verdaderas obras de arte, combinándolas con conocimientos míticos, religiosos, matemáticos, astronómicos, etc.
Fuente: La Soledad
No hay comentarios:
Publicar un comentario